domingo, 19 de julio de 2015

EL E-COMMERCE, UN SECTOR EN AUGE CON LOS MISMOS PROBLEMAS QUE EL RESTO DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

En la actualidad, a nadie le sorprende que el comercio electrónico sea uno de los sectores que mayor crecimiento está experimentando dentro de la economía española. Las ventas en España crecen a muy buen ritmo. Si en 2014, las empresas de comercio electrónico en su conjunto obtenían una facturación de 18.000 millones de euros, dentro de dos años estas cifras casi se duplicarán, ya que se estima que las empresas de comercio electrónico facturarán cerca de 30.000 millones de euros.

Las dos principales razones que explican este fenómeno parecen claras:

  • Los reducidos costes de poner en marcha este tipo de negocios, ya que el único elemento imprescindible es contratar un servidor potente y fiable, es decir, un lugar en el que alojar nuestra página web que posibilite el acceso de múltiples usuarios al mismo tiempo, además de garantizar la seguridad de nuestro negocio online
  • Su fácil puesta en marcha en comparación con otros negocios tradicionales.

Sin embargo, y pese a este espectacular crecimiento, el comercio electrónico adolece de los mismos problemas que la economía española, especialmente en lo que respecta a la balanza de pagos tecnológica: compramos en el exterior mucho más de lo que vendemos.

No en vano, este déficit comercial es más acentuado si cabe que el de las ventas minoristas tradicionales, gracias a la posibilidad de acceso a un mercado global que proporciona Internet, así como la presencia de empresas con una gran dimensión empresarial, como Amazon, Google o eBay.

Tan preocupante o más que el propio déficit comercial es la elevada dependencia que tenemos de un sector como el turismo, al igual que ocurre en la economía a pie de calle. No en vano, el turismo acapara cerca del 62% del total del negocio del comercio electrónico español, seguido a mucha distancia de las prendas de vestir (4,2%), la publicidad (3,4%) y los espectáculos deportivos (2,5%).

La evolución no se presenta tampoco nada positiva, pese a los esfuerzos del Banco Central Europeo por depreciar el euro, hecho que permitiría compensar la balanza por cuenta corriente, no solo a nivel de manufacturas tradicionales, sino también desde el punto de vista del comercio electrónico. La reducida dimensión de las empresas españolas y su baja diversificación continúan siendo algunos de los problemas que afectan a la economía española, ya que les resta capacidad de exportar sus productos, de contratar nuevo personal y de innovar. El comercio electrónico, desde el punto de vista del balance comercial, es un fiel reflejo de la evolución de la economía española.