El frenesí navideño ya ha empezado. La mayoría de las calles comerciales ya están engalanadas con las tradicionales luces de colores y los escaparates se parapetan tras vistosos adornos propios de estas fiestas. La primera quincena del mes de noviembre se posiciona como la de mayor actividad en cuanto a las compras de Navidad. Según un estudio de Deloitte, el 39 % de los encuestados realizará sus compras durante las dos primeras semanas de este mes, mientras que un 22 % lo hará entre el día 16 y nochebuena.
Esta Navidad las carteras de los españoles desembolsarán de media 682 euros, un 4 % más que en 2015, y más de 150 euros por encima de la media de los países analizados. Solo los daneses pretenden gastar más que los españoles (689 euros), mientras que italianos, belgas, alemanes, griegos, portugueses, rusos y polacos serán más comedidos con sus gastos, según el estudio de la auditora.
Sin embargo, no todos los españoles podrán abonar al contado todos los gastos y es probable que muchos echen mano de sus tarjetas para sobrellevar la Navidad. Desde el
comparador de tarjetas de crédito y débito HelpMyCash.com señalan que usarlas sin conocimiento ni responsabilidad puede suponer a la larga más de un disgusto." Aunque decidamos aliviar la avalancha de gastos navideños desempolvando las tarjetas de nuestras carteras, no deberíamos olvidar que al final el dinero que gastemos saldrá de nuestra cuenta, por lo que deberíamos ceñirnos al presupuesto, no gastar más de la cuenta y, sobre todo, ser conscientes de las condiciones de los
plásticos", señalan desde el comparador.
1- Cuidado con el tipo de interés
Las tarjetas de crédito se han convertido en un medio de pago muy popular en España. Según los datos del Banco de España, el tipo de interés aplicable a las compras pagadas a plazos ronda el 21%. Es decir, que un cliente que decida financiar los 682 euros previstos de media para estas Navidades en seis meses acabaría pagando 42,37 euros en concepto de intereses. Pero existen tarjetas con tipos de interés mucho más altos que llegan, incluso, al 25%, por lo que es importante conocerlo antes de darle brillo al "plástico" a golpe de datáfono.
Si bien el tipo de interés no es la única variable que afecta al encarecimiento de la operación,
cuanto más bajo sea, más barato resultará fraccionar las compras a crédito. Actualmente, las tarjetas más baratas están por debajo de la media. Es el caso de la
Visa Clip de Abanca (9 % TIN), la
tarjeta Mundo 1|2|3 de Banco Santander (12 % TIN),
la tarjeta de crédito de ING Direct (14,06 % TIN para las compras de más de 90 euros pagadas en 3, 6, 12 o 18 meses) y la
Tarjeta Visa Evo Finance Clásica (19,21 % TIN). Todas ellas sin cuota de emisión.
2- Pagar la cuota mínima mensual puede salir muy caro
Son muchos los "plásticos" que anuncian la posibilidad de abonar una cuota muy reducida cada mes, por ejemplo, un 3 % del importe de la deuda o una cuota fija de 20 o 30 euros. Pero reducir al mínimo el abono de la deuda será sinónimo de alargarla sobremanera y acabar pagando una cantidad ingente de intereses. Por ejemplo, un cliente que decida abonar 682 euros al 21 % con una cuota mensual del 5 % (mínimo de 20 euros al mes) alargará el pago de
la deuda más de 17 meses y los intereses superarán los 150 euros. Sin embargo, un cliente que opte por aumentar la cuota mensual al 25 % reducirá casi a la mitad el plazo y los intereses rondarán los 50 euros; eso sí, las cuotas mensuales serán más altas.
Desde el comparador señalan que pagar una cuota reducida cada mes implica alargar el plazo de reembolso y he aquí donde radica el principal problema. Cuanto más tiempo se tarde en devolver el dinero, más intereses se cargarán. Lo ideal sería cancelar la deuda lo antes posible, escogiendo la cuota mensual más alta posible (siempre atendiendo a nuestra capacidad de pago) o un número de meses concreto que nos permita devolver el dinero sin asfixiarnos, pero pagando la menor cantidad de intereses posibles.
3- Saltarse el presupuesto, motivo para quedarse en número rojos
Apartarse del presupuesto y utilizar la tarjeta de crédito más de la cuenta puede acabar pasando factura. Si al final de mes o en las fechas en las que la entidad pase los recibos nuestra cuenta no dispone del capital suficiente para hacerles frente, podemos acabar en números rojos.
La primera consecuencia de acabar en negativo serán los intereses de demora, que se irán acumulando y encareciendo la deuda. Luego llegará la comisión por reclamación de posiciones deudoras, que puede alcanzar los 35 euros y cuyo cargo los bancos justifican por las gestiones para reclamar la deuda. Además, es probable que la entidad cargue una comisión por el propio descubierto sobre el mayor saldo deudor del período liquidativo que puede tener un mínimo superior a 10 o 15 euros.
Mientras que el interés de demora lo aplican todos los bancos, las otras dos comisiones pueden esquivarse. Por ejemplo, los titulares de la
Cuenta Corriente Operativa sin nómina ni comisiones de Openbank no tendrán que abonar comisión por el propio descubierto, pero si se alarga el pago de la deuda el cargo por reclamación será de 39 euros según su libro de tarifas. En ING Direct los titulares de una
Cuenta Nómina o una
Cuenta Sin Nómina no pagan comisión por descubierto y el cargo por reclamación baja hasta los 25 euros.
A los gastos anteriores habría que añadir la posibilidad de acabar en Asnef si la situación de morosidad se alarga durante varias semanas y, en última instancia, el embargo de la nómina si un juez así lo considera.
